1.7.06

Último acto de Arturo Illia


En la ciudad cordobesa de Bell Ville, Arturo Umberto Illia encabezó, el domingo 26 de junio de 1966, el últimos acto como presidente de los argentinos. Ese día, a las 16.40, el entonces avión presidencial Independencia decoló desde el aeródromo de la ciudad del este cordobés, con destino a Buenos Aires.

A los periodistas que cubrimos esa jornada nos quedó la impresión de que habíamos sido testigos de “su último acto”. El fervor del pueblo que lo acompañó en todo momento no alcanzó para disipar los rumores sobre su destitución. Arturo Illia arribó ese domingo a las 10.20 a Bell Ville y desarrolló una extensa actividad inaugurando obras, acompañado de un fervor popular sin antecedentes para esa localidad.

Poco después del mediodía, en el kilómetro 501 de la ruta nacional número 9, se concretó la ceremonia más importante de la visita presidencial, cuando Illia cortó las cintas inaugurando el Parador de YPF, uno de los más modernos del país para esos tiempos. Las expectativas estaban centradas en las palabras que a los postres iba a pronunciar el primer mandatario.

Los rumores de golpe circulaban por todos los rincones del país, pero Arturo U. Illia eludió en su mensaje referirse concretamente a la actividad política y a la crisis militar. Orientó su discurso hacia las políticas energéticas y agropecuarias de su gobierno, herramientas estratégicas para el desarrollo del país y particularmente de esa región que demandaba la electrificación rural para su despegue.

Desde las primeras horas del lunes 27 de junio, la impresión de que Illia había presidido el día anterior en Bell Ville sus últimos actos populares comenzó a efectivizarse en los hechos. La crisis militar se desató a media mañana con la destitución del general Caro, comandante del segundo cuerpo de Ejército, por el titular de esa fuerza, Pascual Pistarini, quien adoptó la medida sin consultar al jefe del Estado. Illia lo destituyó, pero Pistarini desconoció la orden del presidente, quien horas después fue desalojado de la Casa Rosada.

La caída de Illia marcó el fin de la cuenta regresiva que se inició en la mañana del sábado 29 de mayo de 1966, en ocasión de celebrarse el Día del Ejército. En esa ceremonia, Pascual Pistarini pronunció, al lado del presidente Illia, un duro y crítico discurso. Sus palabras sonaron más fuertes cuando advirtió que “no existe la libertad cuando no se proporciona a los hombres las posibilidades mínimas de lograr su destino trascendente”. El concepto centralizó los titulares de los principales diarios del país.

Para los sectores políticos, este discurso estuvo basado en el famoso comunicado 150 de Campo de Mayo, que puso fin al enfrentamiento de “azules y colorados” y que galvanizó el liderazgo del general Juan Carlos Onganía. Discursos que reconocían para muchos el pensamiento y el asesoramiento ideológico de Mariano Grondona, a quien, junto a Bernardo Neustadt, el destituido presidente Illia no habría de concederles notas ni reportajes hasta el fin de sus días en febrero de 1983.

Juan Carlos Toledo.
Redacción del matutino cordobés: "La Voz del Interior". 25 de junio de 2006.

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